martes, 25 de noviembre de 2014

Niños sin niñez a 15 minutos de “la ciudad imperial”

Si vamos a hablar de imperio hablemos de Cusco, pero no por su historia, sino mas bien por su presente, gracias a los restos arqueológicos que posee, esta ciudad se ha convertido en la capital turística de sur América, un pequeño gran Centro Comercial, como lo llaman los mismo peruanos, en donde podemos encontrar la milenaria Ciudad Imperial inca, el machu pichu, como su principal centro de atracción, sin duda un lugar que valdría la pena visitar, además de otras ruinas alejadas del casco central, a los que se puede acceder fácilmente en transporte publico y común, pero si quisieras visitar el MACHU PICHU, deberás tener en cuenta que no existe un transporte público que te lleve hasta el sitio, y si te decides a hacerlo por tu cuenta podría ser una gran aventura, dicen que la caminata pude ser entre 5 y 9 horas y es necesario tomar medidas en cuanto al calzado cómodo, buena hidratación y seriedad con el repelente para los mosquitos, muchos se terminan enfermando en vez de disfrutar, el transporte que te lleva al lugar si quisieras pagar es solo por empresas de turismo y el tren en donde todo se cobra en dólares y cifras exorbitantes, tanto que tu pensarías que no existe pobreza en el Cusco, quizás con tanto dinero que cobran pueden subsidiar las comunidades aledañas, de hecho si paseas por el propio centro puedes encontrar entre las callecitas empedradas y empinadas, personas nativas que aun hablan su idioma original, el ketchua, algunas tiradas en el suelo pidiendo dinero otros  con sus llamas o alpacas en brazos vestidas muy alegóricamente con el personaje campesino común de la zona, pero no te dejes engañar por su apariencia amable y cortés, te piden dinero por tocar su animalito, te piden dinero por mirarlo, y hasta por sonreírles, y esto no es diferente si quieres entrar a una iglesia, cosa que parecería insólita, se supone que la iglesia es la casa de todos, la casa de dios, ¿cobran para entrar a la iglesia? Si; y lo peor es que lo que encuentras dentro no es más que replicas de otras iglesias influenciadas por la cultura española, blancos matando negros, y apoderándose de sus tierras, mujeres y costumbres, nada mucho más interesante que caminar por las montañas en donde en cada rincón se ve la huella de los incas y como se conserva con el pasar del tiempo. Viajeros de todas partes del mundo visitan la ciudad a toda fecha del año, sin importar el precio juntan todos sus ahorros y vienen desesperados a conocer el nuevo mundo y la fabulosa ciudad imperial, yo como una viajera mas, también quería ir, pero entendí que podría regresar en otra oportunidad , en este viaje por el contrario me veía más atraída por otras cosas como conversar con la gente nativa y como siempre hacer afinidad con los niños del lugar, así que en mi búsqueda por conocer más de cerca, conseguí un proyecto de acompañamiento académico COOPERAR PERU, en una comunidad llamada Tankarpata, a tan solo 15 min del centro de Cusco, llegamos a un barrio que desde su entrada se veía tapizado por basura,  lo separa de la ciudad un rio totalmente contaminado que emana un olor peculiar al cual las personas de la zona parecen haberse adaptado. Estaba acompañada de un grupo de voluntarios extranjeros en su mayoría europeos, entre ellos franceses, alemanes, españoles, también había un chico japonés y una chica brasilera, todos con dificultad para hablar el español, más bien con intenciones de aprender en este lugar, cuando llegamos a la casa ambientada como centro recreacional, habían niños de todas las edades esperando afuera, algunos gritaban y en cuanto nos vieron llegar querían quitarnos todo, los lentes, las carteras, aunque pues no dejaban de ser dulces y querías dárselo todo, en un instante me di cuenta de la problemática real ya que no actuaban al decirles que no hagan alguna cosa, al contrario mas lo hacían, parece que ellos ya han sido reprendidos tantas veces que un simple no, es como escuchar los pajaritos en el viento, busque la forma de hacerme entender por medio de palabras amorosas y contundentes a la vez, pero seguía siendo efímero mi esfuerzo, en algunas ocasiones actuaban con violencia hacia mi si quería corregirlos en algo que no querían corregir, escucharme, mirarme, hablarme, parecían ser tareas que solo las hacían si era de su antojo pero más por rebeldía que por algún retraso en su desarrollo psicomotor, ese día que visite el lugar una voluntaria española psicóloga, tenía un taller de reciclaje para los niños y se suponía que pasaría un día haciendo observación del lugar y las técnicas que utilizan para establecer vínculos de aprendizaje con los niños, pero termine haciéndome parte de los voluntarios y ayudándoles en sus actividades, pude comprender muchas cosas cuando me cuentan que el centro está ubicado en una comunidad muy pobre en donde la mayoría de los niños desde sus 6 años se convierten en sostén del hogar, sin poder manifestar su niñez ni mucho menos su inocencia, algunos de estos niños abusados física, mental y/o sexualmente por miembros de su familia, quienes han sido a la par de estos niños víctimas de una sociedad discriminatoria y represiva, en este lugar los niños se tratan con violencia y no tienen ni la mas mínima idea de lo que significa la palabra respeto ni mucho menos compartir, el plan está enfocado en construir por medio de juegos y dinámicas organizadas por los voluntarios, los valores que se han perdido, los derechos que ellos tienen como niños y los hábitos de higiene personal que no se le inculcan en su hogar, además cuentan con una sala de libros, en donde los ayudan a realizar sus tareas escolares y afianzar los temas en los que tienen más dificultad, una cocina donde se les prepara merienda dos veces por semana y una sala con dos computadoras de las que los niños pueden hacer uso solo bajo la supervisión de algún voluntario. Pese al esfuerzo que realizan los chicos miembros de proyecto este no cuenta con ningún subsidio de ninguna entidad gubernamental ni privada, el centro se mantiene gracias a un hospedaje que tienen en el centro de cusco, donde se hospedan los voluntarios. Mientras quisimos hacer las actividades entendí que la tarea más difícil con los niños parece ser siempre, que compartan, que se respeten, o que pidan permisos, cuentan ellos mismos los que tienen más tiempo en el centro, el trabajo aunque enriquecedor a veces es  extenuante y por ende en ocasiones terminan cediendo a las carencias de los niños que simplemente con verles sus caritas sientes el maltrato por que el a tan corta edad han sido sometidos, y de alguna u otra manera quisieras tener el poder para remediarlo, ellos siguen y es lo importante por lo menos dentro de todo existen estos chicos que están para ayudar y poner su granito de arena a generar un cambio importante, yo quería hacer muchísimo también, dejar un poco mis conocimientos y amor entre los niños del lugar y pues aprender de ellos principalmente, pero es un trabajo que no se hace en un día, allí los deje en su hora de merienda, y termine muy conmovida y cuando Salí del lugar me fui con mis ojos llenos de lagrimas y el corazón apretadito, queriendo quedarme a servir de algo a estos niños que tanto amor necesitan. La mejor parte de haber visitado este lugar fue haber reafirmado una vez más la forma en cómo seguimos sacrificando por tener y no por ser, incluso ha dejado de importarnos el tema de la contaminación y los niños. Por gente como COOPERAR peru, continuo mi camino y sigo buscando y encontrando herramientas y fuerzas para trascender la información necesaria para el cambio que se necesita hacer, prontamente, si no mas bien yo dijera que para ya.!





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