Si vamos a
hablar de imperio hablemos de Cusco, pero no por su historia, sino mas bien por
su presente, gracias a los restos arqueológicos que posee, esta ciudad se ha
convertido en la capital turística de sur América, un pequeño gran Centro
Comercial, como lo llaman los mismo peruanos, en donde podemos encontrar la
milenaria Ciudad Imperial inca, el machu pichu, como su principal centro de
atracción, sin duda un lugar que valdría la pena visitar, además de otras
ruinas alejadas del casco central, a los que se puede acceder fácilmente en
transporte publico y común, pero si quisieras visitar el MACHU PICHU, deberás
tener en cuenta que no existe un transporte público que te lleve hasta el
sitio, y si te decides a hacerlo por tu cuenta podría ser una gran aventura,
dicen que la caminata pude ser entre 5 y 9 horas y es necesario tomar medidas
en cuanto al calzado cómodo, buena hidratación y seriedad con el repelente para
los mosquitos, muchos se terminan enfermando en vez de disfrutar, el transporte
que te lleva al lugar si quisieras pagar es solo por empresas de turismo y el
tren en donde todo se cobra en dólares y cifras exorbitantes, tanto que tu
pensarías que no existe pobreza en el Cusco, quizás con tanto dinero que cobran
pueden subsidiar las comunidades aledañas, de hecho si paseas por el propio
centro puedes encontrar entre las callecitas empedradas y empinadas, personas
nativas que aun hablan su idioma original, el ketchua, algunas tiradas en el
suelo pidiendo dinero otros con sus
llamas o alpacas en brazos vestidas muy alegóricamente con el personaje
campesino común de la zona, pero no te dejes engañar por su apariencia amable y
cortés, te piden dinero por tocar su animalito, te piden dinero por mirarlo, y
hasta por sonreírles, y esto no es diferente si quieres entrar a una iglesia,
cosa que parecería insólita, se supone que la iglesia es la casa de todos, la
casa de dios, ¿cobran para entrar a la iglesia? Si; y lo peor es que lo que
encuentras dentro no es más que replicas de otras iglesias influenciadas por la
cultura española, blancos matando negros, y apoderándose de sus tierras,
mujeres y costumbres, nada mucho más interesante que caminar por las montañas
en donde en cada rincón se ve la huella de los incas y como se conserva con el
pasar del tiempo. Viajeros de todas partes del mundo visitan la ciudad a toda
fecha del año, sin importar el precio juntan todos sus ahorros y vienen
desesperados a conocer el nuevo mundo y la fabulosa ciudad imperial, yo como una viajera mas, también quería ir, pero
entendí que podría regresar en otra oportunidad , en este viaje por el
contrario me veía más atraída por otras cosas como conversar con la gente
nativa y como siempre hacer afinidad con los niños del lugar, así que en mi
búsqueda por conocer más de cerca, conseguí un proyecto de acompañamiento
académico COOPERAR PERU, en una comunidad llamada Tankarpata, a tan solo 15 min
del centro de Cusco, llegamos a un barrio que desde su entrada se veía tapizado
por basura, lo separa de la ciudad un
rio totalmente contaminado que emana un olor peculiar al cual las personas de
la zona parecen haberse adaptado. Estaba acompañada de un grupo de voluntarios
extranjeros en su mayoría europeos, entre ellos franceses, alemanes, españoles,
también había un chico japonés y una chica brasilera, todos con dificultad para
hablar el español, más bien con intenciones de aprender en este lugar, cuando
llegamos a la casa ambientada como centro recreacional, habían niños de todas
las edades esperando afuera, algunos gritaban y en cuanto nos vieron llegar
querían quitarnos todo, los lentes, las carteras, aunque pues no dejaban de ser
dulces y querías dárselo todo, en un instante me di cuenta de la problemática
real ya que no actuaban al decirles que no hagan alguna cosa, al contrario mas
lo hacían, parece que ellos ya han sido reprendidos tantas veces que un simple
no, es como escuchar los pajaritos en el viento, busque la forma de hacerme
entender por medio de palabras amorosas y contundentes a la vez, pero seguía
siendo efímero mi esfuerzo, en algunas ocasiones actuaban con violencia hacia
mi si quería corregirlos en algo que no querían corregir, escucharme, mirarme,
hablarme, parecían ser tareas que solo las hacían si era de su antojo pero más
por rebeldía que por algún retraso en su desarrollo psicomotor, ese día que
visite el lugar una voluntaria española psicóloga, tenía un taller de reciclaje
para los niños y se suponía que pasaría un día haciendo observación del lugar y
las técnicas que utilizan para establecer vínculos de aprendizaje con los
niños, pero termine haciéndome parte de los voluntarios y ayudándoles en sus
actividades, pude comprender muchas cosas cuando me cuentan que el centro está
ubicado en una comunidad muy pobre en donde la mayoría de los niños desde sus 6
años se convierten en sostén del hogar, sin poder manifestar su niñez ni mucho
menos su inocencia, algunos de estos niños abusados física, mental y/o
sexualmente por miembros de su familia, quienes han sido a la par de estos
niños víctimas de una sociedad discriminatoria y represiva, en este lugar los
niños se tratan con violencia y no tienen ni la mas mínima idea de lo que
significa la palabra respeto ni mucho menos compartir, el plan está enfocado en
construir por medio de juegos y dinámicas organizadas por los voluntarios, los
valores que se han perdido, los derechos que ellos tienen como niños y los
hábitos de higiene personal que no se le inculcan en su hogar, además cuentan
con una sala de libros, en donde los ayudan a realizar sus tareas escolares y
afianzar los temas en los que tienen más dificultad, una cocina donde se les
prepara merienda dos veces por semana y una sala con dos computadoras de las
que los niños pueden hacer uso solo bajo la supervisión de algún voluntario.
Pese al esfuerzo que realizan los chicos miembros de proyecto este no cuenta
con ningún subsidio de ninguna entidad gubernamental ni privada, el centro se
mantiene gracias a un hospedaje que tienen en el centro de cusco, donde se
hospedan los voluntarios. Mientras quisimos hacer las actividades entendí que la
tarea más difícil con los niños parece ser siempre, que compartan, que se respeten,
o que pidan permisos, cuentan ellos mismos los que tienen más tiempo en el
centro, el trabajo aunque enriquecedor a veces es extenuante y por ende en ocasiones terminan
cediendo a las carencias de los niños que simplemente con verles sus caritas
sientes el maltrato por que el a tan corta edad han sido sometidos, y de alguna
u otra manera quisieras tener el poder para remediarlo, ellos siguen y es lo
importante por lo menos dentro de todo existen estos chicos que están para
ayudar y poner su granito de arena a generar un cambio importante, yo quería
hacer muchísimo también, dejar un poco mis conocimientos y amor entre los niños
del lugar y pues aprender de ellos principalmente, pero es un trabajo que no se
hace en un día, allí los deje en su hora de merienda, y termine muy conmovida y
cuando Salí del lugar me fui con mis ojos llenos de lagrimas y el corazón apretadito,
queriendo quedarme a servir de algo a estos niños que tanto amor necesitan. La
mejor parte de haber visitado este lugar fue haber reafirmado una vez más la
forma en cómo seguimos sacrificando por tener y no por ser, incluso ha dejado
de importarnos el tema de la contaminación y los niños. Por gente como COOPERAR
peru, continuo mi camino y sigo buscando y encontrando herramientas y fuerzas
para trascender la información necesaria para el cambio que se necesita hacer,
prontamente, si no mas bien yo dijera que para ya.!
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